No sólo brilla en temas de moda y belleza. Chanel también destaca en la alta relojería. El premio que acaba de recibir en Ginebra es sólo un ejemplo de su trabajo excepcional en la industria de los cuenta tiempo.
Por Mónica Isabel Pérez | Fotos: Chanel
Durante una década, Chanel ha sorprendido al mundo de la alta relojería con sus propuestas horológicas que combinan la precisión con el espíritu de la alta costura y de la joyería. Por fortuna, la respuesta positiva no sólo se ha quedado en exclamaciones ante el aparador, sino que ha trascendido a importantes reconocimientos de la industria relojera. El más reciente, el premio al Mejor reloj en la categoría de Joyería del Gran Priz d’Horlogerie de Genève (GPHG), que acaba de celebrar su edición 2016 en Suiza.
Esta es la tercera vez que Chanel recibe este reconocimiento a su savoir-faire y lo hace, para cerrar el año, con un reloj de propuesta audaz, lujoso y de belleza rotunda. El Signature Grenat, parte de la colección Les Éternelles de Chanel, es opulento y complejo, una joya poderosa que uno imaginaría perfecto en el alhajero de una zarina rusa o de una princesa de cuento.
Se trata de un brazalete que oculta un reloj bajo una piedra de granate de 52,61 quilates. La pulsera de oro de 18 quilates, que en su construcción evoca a los clásicos acolchados característicos de la casa, yuxtapone diamantes con zafiros naranjas. Todas las joyas que lo componen fueron talladas y engarzadas a mano en el taller de Chanel, ubicado en la icónica Place Vendôme de París. Existen cuatro modelos de esta pieza, cuyas variaciones se encuentran en los colores de las gemas que las adornan. Sólo hay una pieza por modelo, de modo que sólo cuatro personas en el mundo, podrán contar el tiempo que transcurre bajo una brillante piedra color carmín.

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