Wellness

Sanación con cuarzos

¿Funciona? ¿Es un engaño o un placebo? Fuimos a probarla para poder opinar al respecto y este texto es el registro de la experiencia.

por Mónica Isabel Pérez

Kary Loaiza —terapeuta certificada en cristaloterapia— atiende a sus clientes en su casa. Yo llegué a ella una mañana de miércoles, sin ninguna expectativa ni ninguna idea preconcebida sobre la curación con cristales. La verdad, de manera independiente a mis creencias, lo que sí sentía era una total disponibilidad de experimentar, de recibir y analizar lo que podía ofrecerme esta disciplina.

Así que toqué al timbre de la casa de la colonia Clavería para la que me dio instrucciones precisas de ubicación y hasta color. Fui vestida evitando usar prendas negras como me pidió anteriormente y la encontré a ella vestida de blanco. Me invitó a pasar. Me pidió que me quitara los zapatos y puso a mi disposición muchas pantuflitas para que eligiera un par. Todas eran distintas y parecían tener procedencias diversas. Tal vez una boda o un hotel o un regalo. Quién sabe. Elegí las mías y me senté. En su sala, además de imágenes de maestros en el ramo y de personajes más reconocibles como el arcángel Miguel, había una camilla similar a las que se usan para recibir masajes y una curiosa colección de ositos de peluche acomodados de manera que parecía accidentada, pero que seguramente era intencional. Me ofreció un té con una sonrisa. Acepté. Un chai con leche de almendras. Y empezó a contarme sobre su trabajo, sobre cómo los cristales nos ayudan a regular nuestro biorritmo, a calmar el estrés, a superar shocks de vida. Me contó que la mayoría de sus pacientes llega en busca de paz. Algo que encuentran en esta terapia, aunque el camino no es tan fácil como que te pasen unas piedritas por el cuerpo. “Los cristales”, dice Kary, “magnifican lo bueno y lo malo para que se revise y se atienda. Tu voz interior se hace más fuerte. Y claro, el yo siempre te lleva a lo que te llama, desde la terapia psicológica hasta el alivio con cristales. Pero todo, siempre, es un trabajo interno, como pasa con la yoga y la meditación”.

Hablamos un rato largo sobre las propiedades de los cristales y, cuando tuve suficiente información, me pidió que me acostara en la camilla. Me indicó que inhalara y exhalara, que me relajara, que imaginara lugares que me gustan. Todo lo hice, porque nada cuesta respirar e imaginar algo bonito. Mientras estaba yo ahí, tendida sobre esa pequeña cama elevada, pasó un péndulo de cristal sobre ciertas partes de mi cuerpo “para revisar cómo el péndulo responde a las vibraciones”, me explicó. Me puso cristales en cada uno de los siete chakras principales del cuerpo y, con música suave de fondo, me dejó en mis ensoñaciones. No sé si me quedé dormida o no. Era un estado curioso, de sueño vívido. El tiempo lo sentí pasar muy rápido. Me llamó por mi nombre unas veces para despertarme y me pidió que abriera los ojos muy lentamente, me dijo que me levantara igual, muy lento. Y luego, cuando estuve ya más despabilada, me contó lo que detectó: dos afecciones emocionales a las que, créanlo o no, le atinó. Me regaló entonces una amatista, la piedra-medicina que me tocó. Me explicó que debía limpiarla exponiéndola a la luz de la luna una noche en un frasco con agua con sal de mar y traerla conmigo en ciertos momentos. No lo he hecho todos los días, soy una paciente desordenada.

Pero la experiencia fue positiva. Siempre, y en especial cuando se pretende “iniciar un ciclo”, vale la pena probar cosas nuevas y luego decidir si las adoptamos o no. Esta es, sin duda, una de las cosas más curiosas que he hecho y pienso que lo repetiría para definir mi postura ante el tema. Los cuarzos, según me explicó Kary, son muy efectivos para superar procesos difíciles como el cambio y la pérdida o también para aliviar malestares físicos relacionados con el estrés. Casi siempre recomienda ir a seis sesiones (una a la semana). Ya que da consulta en su casa (encontrarás los datos al final del post), cobra más barato que otros cristaloterapeutas: 750 por la primera sesión y 500 por la subsecuentes. Si te comprometes a ir a las seis, entonces te cobra 2,500 pesos por todas. Esto incluye las piedras y cristales que te recetará, además de acompañamiento, es decir, que tengas la posibilidad de consultarla por teléfono cuando sientas que lo requieres fuera de tus sesiones.

* Visita a Kary *
Marabatio 228, Clavería. Tel. 5539 99 5248,
karyloaiza@gmail.com, FB: Sanación en aura y chacras con cristales de cuarzo y obsidiana. Previa cita.

 

[ Este texto fue producido como una asignación para la revista Dónde Ir, guía de la Ciudad de México editada por Grupo Medios. Publicado en enero de 2017, aquí se reproduce el texto original con el permiso de los editores. ]

 

 

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