La cantante islandesa Björk nos regaló una noche excepcional en el Ausitorio Nacional.
Acompañada por una Orquesta mexicana bajo la batuta de un director islandés, Björk ofreció el pasado miércoles un concierto en dos partes. Los arreglos para cuerdas y la profunda voz de la cantante fueron los únicos elementos para sacudir emociones.
Por Louise Mereles Gras Fotos Santiago Felipe
Esperamos mucho tiempo para que este concierto por fin llegara. Al introducirnos al acceso la persona que revisa los boletos dice: “No están permitidas fotos, videos o grabaciones con celular”. No es algo que uno escuche a menudo en los conciertos de música rock e indie. Una vez dentro, las pantallas que flanquean el escenario tienen un mensaje muy claro para el público. “A petición de Björk, por favor no tomar fotografías y/o videos del show. Esto distrae al artista y a las personas alrededor. Disfruta ser parte del show en vivo”.
El resultado de esto fue poder ver a Björk sin la molesta maleza de brazos extendidos para filmar con un celular. Aunque desafortunadamente muchas personas ignoraron la petición para grabar videos a escondidas. Qué liberador resulta olvidarse del teléfono para vivir una experiencia con todos los sentidos y estar presentes en el ahora.
La maravilla que es Björk
Es inevitable usar superlativos al hablar a Björk, su música y sus presentaciones en vivo han ido transformándose desde su primer disco solista, Debut de 1993. Este concierto marca la primera vez que Björk toca en la Ciudad de México. Ya había venido a tocar en Guadalajara, en el Festival Sonofilia (2007). Y a Veracruz, en Cumbre Tajín (2012). Pero los chilangos no habíamos tenido el gusto de recibirla.
Las luces se apagan
Al escenario, dispuesto para una orquesta de cuerdas, acceden los músicos vestidos de riguroso negro con sus instrumentos. Finalmente sale Björk a escena para ser recibida por una ovación en la que el Auditorio Nacional se pone completo de pie. Una vez terminado el tributo y aplacada la alegría de los habitantes de la CDMX por tenerla al fin en nuestra ciudad, inicia la primera parte del concierto con “Stonemilker”, en la que la islandesa compartió parte de su disco Vulnicura reinterpretado para cuerdas. Se sucedieron “Lionsong” y “History of Touches” para llegar a “Black Lake” el núcleo del viacrucis que significó este disco para Björk, ya que traza el colapso de su relación de 13 años con el artista estadounidense Matthew Barney.
Reina de las remezclas y de retrabajar casi cada uno de sus álbumes para lograr diferentes interpretaciones y demostrar la maleabilidad de su música, Björk estuvo trabajando en los arreglos para cuerdas de Vulnicura desde el inicio como terapia de su ruptura, antes de invitar a los beats electrónicos que le dieron el toque final al disco, como si fueran los latidos de un corazón irregular. Ahora, en el escenario, con las cuerdas como única compañía la voz de Björk se convierte en el navío que nos lleva en este viaje de dolor sentimental.
Tras el respiro del intermedio
Tras un descanso de casi media hora, Björk regresó con un cambio de vestuario. Esta vez, se sucedieron algunas canciones de sus discos anteriores, iniciando con la joya de Vespertine “Aurora” y continuando con “I’ve Seen It All”, del soundtrack de Dancer in the Dark que realizó en colaboración con Thom Yorke de Radiohead. El disco Homogenic prestó dos bombas emotivas con “Joga” y “Bachelorette” para más tarde cerrar el set list de la noche con “Pluto”, elegida para el encore junto a “The Anchor Song”.
Se trató de una noche de emociones intensas, de meterse de lleno en el dolor y en la alegría de la música de Björk. La creatividad de Björk es efervescente y constante. Diciendo “Gracias” entre cada canción como única puntuación, Björk nos hizo atender a cada una de sus palabras mientras desnudaba su alma. Aún en un show que parece tan despojado de artificios como este, la estremecedora voz de Björk, que sale a menudo de las profundidades de su pequeño cuerpo entrelazada con su alma, es la verdadera potencia de este espectáculo.
El vestuario, siempre pieza angular
Como siempre, no podía faltar un vestuario sensacional, en el que las máscaras juegan el rol más importante: no están usadas para esconder, sino más bien son un tipo de protección para la cantante, que en esta gira ha expuesto las profundidades de sus sentimientos. Dichas máscaras –una mezcla entre animales exóticos y la máscara que usaría una mujer del siglo XVII, pintada por Rembrandt en ácido– fueron creadas por el diseñador británico James Merry, quien se mudó a Islandia y ha trabajado con Björk desde 2009.
James, un bordador autodidacta, estudió la carrera de Griego clásico en Oxford. El vestuario, siempre fue blanco. Constó de un vestido largo, casi de nupcias, para la primera parte. Para la segunda fue sustituido por uno corto con crinolina, que rebotaba al compás de los movimientos de Björk. Fue diseñado por el francés Stéphane Rolland, quien tiene un particular ojo por la estructura en sus creaciones.
Colaboraciones creativas
Precisamente, ese es uno de los fuertes de Björk: la colaboración creativa. En su música, su ropa, sus exposiciones, siempre ha buscado a artistas singulares con quienes unir y multiplicar talentos. Ver a Björk en vivo es ver a una artista consagrada, cuyo talento –resultado de la autoexploración– va in crescendo. Este espectáculo fue como ver a una de las grandes en su mejor momento. Así como lo debe haber sido presenciar un concierto de María Callas o de Edith Piaf en su apogeo.
Según Andrew Thomas Huang, director del video “Black Lake” de Vulnicura, la islandesa ya está trabajando en su próximo disco. En entrevista con Fader, comentó que ya está trabajando con ella en un video para su nuevo disco. Y que éste será “algo que mire hacia el futuro, con esperanza, algo que se necesita mucho hoy en día”.
Eventos simultáneos relacionados con la cantante
La exposición Björk Digital se encuentra abierta hasta el 7 de mayo en el Foto Museo Cuatro Caminos, para los que se quedaron con ganas de ver algo más de Björk tras sus actuaciones en el Auditorio Nacional y el Festival Ceremonia que, tras ser cancelado, se movió al domingo.
Lo que necesitas saber
Björk Digital
Hasta el 7 de mayo
Lugar: Foto Museo Cuatro Caminos
Dirección: Cerrada Calzada Ingenieros Militares 77, Lomas de Sotelo, 533900 Naucalpan de Juárez, Ciudad de México
Tel.: (55) 6813 5946
Precios y horarios:
Lunes a domingo (10 a.m. a 8 p.m.) 660 pesos
Miércoles a sábado (8 p.m. a 12 a.m.) 790 pesos – Incluye dos tragos de cortesía
Estudiantes o INAPAM de lunes a domingo (10 a.m. a 12 p.m.) 330 pesos
Para más información, visita fotomuseo.mx
Set List
Björk
Auditorio Nacional, 29 de marzo 2017
- Stonemilker
- Lionsong
- History of Touches
- Black Lake
- Family
- Notget
INTERMEDIO
- Aurora
- I’ve Seen It All
- Jóga
- Vertebræ by Vertebræ
- Bachelorette
- Quicksand
- Mouth Mantra
ENCORE
- The Anchor Song
- Pluto
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