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La crisis de los 30 es como un saco de pulgas

Una serie británica en la que el humor es tan ácido como inteligente.

Por Hugo García Michel

“I’m not obsessed with sex,

I just can’t stop thinking about it”.

Fleabag

Las series inglesas suelen ser otra cosa. Si en los Estados Unidos tienen Girls, una estupenda emisión de HBO que completó nueve temporadas para decirnos lo que viven, sienten, piensan, aman y odian las millennials de ese país, en el Reino Unido les bastó con una temporada de seis escasos aunque magníficos capítulos de Fleabag para mostrarnos lo mismo, pero con una visión y un lenguaje por entero distintos.

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¿Es entonces Fleabag mejor que Girls? No necesariamente. Se trata tan sólo de una propuesta muy diferente y con ese toque tan singular y característico del humor británico.

Escrita y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge y producida por BBC 3, Fleabag (“Saco de pulgas”) cuenta –en tono de comedia negra, cruda y hasta guarra– la historia de una mujer que acaba de cumplir 30 años y vive una crisis que abarca lo existencial, lo laboral, lo familiar, lo sexual y, por supuesto, lo amoroso.

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¿Que estos son lugares comunes de muchísimas series? Cierto. Pero aquí no existe el glamour y los problemas cotidianos se cuentan con una naturalidad y un desenfado pasmosos, incluso en sus instantes más patéticos, con lo que se logra provocar la sonrisa a la vez cómplice y nerviosa del espectador.

Sin temor a caer en la incorrección política –de hecho es esa una de sus principales virtudes–, la serie nos muestra la vida diaria de Fleabag y de los personajes que la rodean, en especial su lamentable familia, su mejor amiga –a quien vemos sólo en flashbacks, pues murió de la manera más absurda– y sus diferentes amantes, todos oligofrénicos y patanes.

Dueña de una cafetería que es un fracaso, casi siempre sin dinero y sin una relación estable, Fleabag sin embargo trata de ser optimista (¿o resignada?) y sus miradas hacia la cámara, cada vez que le sucede algo comprometedor o incómodo, hacen que nos sintamos muy cerca de ella.

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El manejo gestual de Phoebe Waller-Bridge es tan bueno que nos involucra con su personaje y nos hace sonreírle (cuando no carcajearnos) frente a las muchas ridículas circunstancias que afronta en el día a día, ya sea un mal encuentro sexual o un enfrentamiento con su madrastra (interpretada por otra actriz sensacional: Olivia Colman, la Sophie Chapman de la delirante serie The Peep Show).

Los seis capítulos de Fleabag (de escasos 26 minutos cada uno) no tienen desperdicio (una mujer que se masturba mientras ve discursos de Barack Obama algo debe tener de interesante) y su sentido del humor resulta tan poco convencional que no es apto para sensibilidades convencionales.

Pueden ver la serie en Amazon Prime Video y disfrutar el peculiar talento de Phoebe Waller-Bridge quien, por cierto, ya anunció que habrá una segunda temporada.

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