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Recordando el 8 de marzo

El famoso Día de la mujer tiene un trasfondo que todos debemos conocer y sobre el que necesitamos reflexionar.

El día de la mujer no queremos flores ni chocolates, queremos respeto a nuestros derechos

Texto: Fabiola Meza

El día de la mujer siempre ha generado polémica; entre aquellos que creen que es un día para regalar flores, cumplidos y el de aquellas que odian su llegada.

Como muchas efemérides, el día ha perdido su sentido original con el paso de los años. Y ya va siendo momento de revindicarlo.

El día de la mujer conmemora un momento trágico. El 25 de marzo de 1908, 146 mujeres murieron calcinadas en una maquila en Nueva York. ¿La causa? Fueron encerradas en el edificio en que trabajaban para «evitar robos» y, cuando el fuego comenzó, no pudieron salir. La empresa —Triangle Shirtwaist— ofrecía pésimas condiciones laborales a sus trabajadoras. La mayoría eran inmigrantes jóvenes (tenían entre 18 y 23 años en promedio).

En 1910, la política alemana Clara Zetkin propuso el 8 de marzo como un día para conmemorar las vidas perdidas y promover derechos igualitarios. Pasaron 65 años para que, en 1975, la ONU lo hiciera oficial.

En México la mujer ganó el derecho al voto en 1952, pero continúa —aquí y en el mundo— reclamando equidad. Buscan tener las mismas oportunidades laborales que los hombres, derechos de maternidad y que el mundo escuche su voz. No es de sorprender que «tener un día al año» parezca irónico.

El esfuerzo de las mujeres por hacerse notar no es cosa de unas cuantas. En todo el mundo hay marchas, exigencias, movimientos y activismo. Habremos ganado el derecho al voto, pero queda más por hacer. Debemos ser conscientes de que, aunque en gran parte del mundo occidental nuestros derechos son un hecho, quedan muchos lugares donde elegir no es posible.

Los hombres también «tienen un día», pero…

Aunque poco celebrado, el 19 de noviembre se conmemora de manera mundial el día del hombre. Y aunque parece equitativo tener una celebración para ambos, la mujer ha tenido un contexto de desventajas a lo largo de su historia, de pequeños triunfos y grandes retrocesos, de lucha por derechos que el hombre —en su mayoría— no ha tenido que reclamar. Igual que el mes de historia negra, el 8 de marzo da luz a una situación que lejos de haberse solucionado, continúa desenvolviéndose día con día.

Si como mujer te enorgullece este día, o si como aliado quieres hacer lo correcto, entiende que este no es un día para cumplidos. Es un día para escuchar y reflexionar. Para dar cuenta de las injusticias, para enaltecer el orgullo de ser mujer. Para seguir peleando y elevar la voz. Es un día para querernos y escucharnos, para lograr empatía y recordar que no somos dos bandos diferentes. Juntos podemos lograr que, en un futuro, el 8 de marzo sea un día que sí pueda celebrarse con emoción. ★

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