Nada mejor que estar cerca de la naturaleza para descansar y bajarle una rayita al estrés.
El Conservatory Garden, dentro de Central Park en la ciudad de Nueva York, es un remanso de paz y tranquilidad.
Por Fabiola Meza Fotos: Cortesía Conservatory Garden
Gran parte de nuestra vida es un caos, no es de sorprenderse entonces el auge de tendencias como los “bullet journals”, los videos de organización o los “meal preps”. Estamos rodeados de un mundo que nos dice que deberíamos de ser adultos de verdad y tomar el control de lo que sucede. Pero mantener una vida personal, laboral, familiar y amorosa equilibrada puede parecer casi imposible con nuestro ritmo de vida.
En una ciudad como Nueva York, que no para a ninguna hora del día o la noche, puede parecer absurdo encontrar un espacio así, que permita callar el mundo por unas horas y que te deje desconectarte de todo. Y sin embargo existe.
Dentro de Central Park, entre la 5ta y la 105 encontrarás el Conservatory Garden, un gran punto de reunión para aquellos que buscan la foto de compromiso perfecta, pero que en las mañanas está completamente desierto.
Una deleitante rutina en el jardín
Durante los seis meses que pasé en Nueva York, mi única rutina fija consistía en conseguir una buena taza de café, llevar un libro y sentarme a pasar la mañana leyendo en alguno de sus rincones. Los árboles enramados hacían perfectos túneles que dejaban pasar la luz suficiente para leer. Por su parte, los pájaros en los árboles y la ocasional ardilla eran los compañeros perfectos.
Conforme avanzaban las horas el parque cobraba otro tipo de vida. Comenzabas a ver a las personas haciendo jogging o alguno que otro turista tomando selfies. Pero por varias horas, entre el amanecer y el medio día, el parque era tuyo.
En sus bancas encontré el espacio para leer, soñar, planear. Para enfocarme en mi futuro inmediato (¿qué visitaré hoy?) y lejano (¿qué quiero hacer de mi vida?). Y es que la oportunidad de detener el mundo no se da todos los días.
Es en estos pequeños espacios secretos -sagrados para algunos- que existe la verdadera oportunidad de encontrarte. Y encontrar la honestidad para decirte todo aquello que se pierde en el ruido, en la rutina. Es momento de volver a valorar pequeños placeres. También de dar oportunidad a aquello que quieres hacer, pensar y sentir sin que nadie te vea.
Cuando el mundo llega a ser demasiado, o si te pierdes entre el ruido es bueno recordar que siempre existe un lugar –por lejos que esté- donde el tiempo sólo se mide con el paso de las hojas y los sorbos del café.
Si te sientes rebasada por el estrés, te compartimos 9 pasos fáciles para combatir el estrés diario.
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