Palm Springs es un destino excepcional. De arquitectura única y colores vibrantes, esta cosmopolita localidad californiana resguarda a La Serena Villas.
Fotos: FB La Serena Villas
Palm Springs, ciudad ubicada en el extremo oeste del valle de Coachella y próxima a Los Ángeles, es un destino excepcional. Entre otras razones por su rico patrimonio histórico, su vibrante escena cultural, sus campos de golf y afamadas aguas termales. Reconocida internacionalmente, esta pequeña pero cosmopolita y pintoresca localidad californiana de colores vibrantes, resguarda a La Serena Villas.
Construido originalmente en 1933, este hotel rodeado por hermosos jardines, se ubica en el corazón de Palm Springs a poca distancia de la famosa Palm Canyon Drive, sede de los mejores restaurantes, boutiques y galerías. Reconvertido como hotel de lujo en 2016 por la galardonada arquitecta May Sung, La Serena Villas cuenta con todas las comodidades propias de un hotel de cinco estrellas.
Al igual que el resto de la propiedad, cada una de las 18 villas privadas, ha sido reformada por el grupo de diseño de interiores, Avenue Interior Design. Todos los materiales y acabados, así como las piezas del mobiliario que las integran, han sido cuidadosamente seleccionados. Cada una, distinta de las demás, cuenta con un patio privado, bañera y chimenea.
Un poco de azuuuuuúcar
El escenario culinario de Palm Springs se transforma minuto a minuto. Por esto, La Serena Villas ofrece una propuesta gastronómica dedicada a la excelencia: Azúcar. Ubicado dentro del hotel y con un menú de inspiración española y mediterránea, sirve platillos de la granja a la mesa. De cocina contemporánea, su carta incluye deliciosas entradas y platos fuertes como mejillones españoles o pollo asado marroquí.
Sobre Azúcar se encuentra una verdadera joya: la terraza del restaurante. Rodeada por las impresionantes montañas de San Jacinto y con el desierto como telón de fondo, permite disfrutar una vista incomparable mientras se disfruta un coctel.
Whispers SPA en La Serena Villas es un oasis de calma, paz y serenidad. Para equilibrar cuerpo, mente y espíritu, el hotel desarrolló un menú con una amplia gama de tratamientos personalizados. Entre faciales y corporales, todos aúnan lo mejor de la ciencia y la naturaleza para revitalizar la piel. Y, sobre todo, para recuperar el balance perdido y reconquistar el bienestar.
¿Se te antojó un coctel? Si estás en Guadalajara tienes que ir a Pigalle.
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