Lejos de ser una retrospectiva convencional, Carlos Amorales. Axiomas para la acción es más bien un corte de caja y la formulación de una pregunta: ¿Qué sigue?
A raíz de la muestra de Carlos Amorales en el MUAC, hablamos con el artista mexicano, entre otras cosas, sobre cómo llegó el arte a su vida y lo que los holandeses le enseñaron.
Por Louise Mereles Gras. Fotografías obra: Cortesía MUAC.
“Advertencia. Algunas de las obras utilizan lenguaje obsceno. Recomendamos que los menores vean la muestra bajo la supervisión de un adulto”.
Esas son las palabras que se encuentran a la entrada de la muestra Carlos Amorales. Axiomas para la acción que ocupa una de las salas del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC). Y es que entre las obras expuestas, se encuentran unas especies de iconos religiosos singulares. Nos referimos a Aprende a joderte (2017-2018), una serie de 72 dibujos de gouache sobre papel. Es una interesante yuxtaposición de imágenes de talante religioso coronadas por un rosario de palabras obscenas. [La foto superior muestra dicha obra en gouache sobre papel y sobre el piso, vemos la obra en resina y pintura automotiva Dark Mirror (2008)].

En el catálogo, la serie está descrita así: “Pinturas en las que se contraponen imágenes provenientes de un libro sobre el lenguaje corporal en la iconografía medieval con textos de frases abyectas contemporáneas. En estos paneles los personajes interactúan en una cotidianidad enrarecida, en la que todos están sumidos en la violencia y en la vulgaridad. Los paneles en su conjunto representan un mundo en crisis, en el que se confunden la voz interna con la externa. El conjunto de pinturas puede ser utilizado como una partitura para proferir insultos en voz alta”.
“No hay ninguna fórmula para hacer arte más que la que tú te inventes”. –Carlos Amorales
“Este texto es una interfaz”
Eso es lo interesante de este artista, que nos pone a pensar, nos reta. Su obra permite que el observador se formule su propia opinión y su propia impresión. De hecho, el concepto de la exposición –que se desarrolla siguiendo ejes temáticos, más que cronológicos–, creado por Amorales y Cuauhtémoc Medina del MUAC, es flexible; el catálogo, en el que se destaca la frase “Este texto es una interfaz”, busca ser un guión para que cada museo que monte esta exposición itinerante pueda hacerlo de modo propio.
Según el MUAC, es una revisión de veintidós años de carrera de Carlos Amorales, propuesta como una exhibición que hace énfasis en los aspectos conceptuales su trabajo. Su núcleo es un texto teórico del artista, titulado Axiomas para la acción, que define los ejes que han venido constituyendo su obra como una investigación orgánica, a pesar de su expresión multiforme.

Secuencia inicial
Carlos Amorales –quien tiene un afinado sentido del humor– nació en el otrora Distrito Federal, en 1970 como Carlos Aguirre Morales. Como su padre, Carlos Aguirre, es artista también e inició su carrera con su primera declaración: cambiarse el nombre a Carlos Amorales, conservando la “A” de su apellido paterno y uniéndola a su apellido materno, creando una nueva identidad y que tiene un juego intrínseco con la palabra “amoral”.
“El arte llegó a mi vida de forma natural. Crecí en una familia de artistas, así que tuve que aburrirme visitando exposiciones (risas)”, le comparte a Central. Su padre, Carlos Aguirre, es un artista conceptual, que desde los setenta hace instalaciones. Y su madre, que también hace joyería, Rowena Morales, fue una de las primeras artistas feministas de México.
“El cambio de nombre fue una necesidad porque tengo el mismo nombre que mi padre”, nos cuenta Amorales. “Había cierta cultura en la época del punk en donde se cambiaban los nombres: Johnny Rotten, Sid Vicious. Vi una conexión con eso y me gustó mucho. Después, volverlo un personaje, un otro que no necesariamente es artista, pero que me permitió posibilitar cosas, pues fue, de alguna forma, el comienzo de mi trabajo”.
“La obra de Andy Warhol, cuando la conocí de niño, me impactó. Y darme cuenta de la manera en la que trabajaba, desde sus colaboraciones, portadas de discos, etcétera”. –Carlos Amorales
Punto de encuentro de manifestaciones artísticas
El quehacer de Amorales parece a vuelo de pájaro elusivo. Pero el Irish Museum of Modern Art (IMMA), lo explica claramente: el artista mexicano usa el dibujo como base para el desarrollo de performance, animación en video, pinturas y esculturas, trabajando de forma individual y colaborativa. De algún modo, Amorales se encuentra en un punto en el que confluyen la música, lo gráfico, el cine, el performance y otras manifestaciones artísticas.
Una de las facetas más interesantes de Amorales –quien representó a México en la 57º Bienal de Venecia, con el proyecto Life in the Folds–, es su Archivo Líquido, que inició en 1998 y que está compuesto por un archivo de dibujos vectoriales hechos con base en siluetas de fotografías personales, de documentación artística y encontradas en internet. El archivo se pensó como una herramienta de código abierto para diversos usos en la cultura.
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La máscara como núcleo
De 1996 a 2003, Carlos Amorales trabajó a través del performance en el concepto de la máscara y de la creación de identidad. A través de su proyecto, Amorales vs. Amorales, inspirado en la lucha libre y la fascinación del artista por la anonimidad de los luchadores, creo un personaje llamado Amorales. El cuadrilátero es el escenario “en el que el bien lucha contra el mal”, como menciona el sitio del Museo de Arte Moderno de San Francisco (MOMASF) y en donde si pierdes, debes revelar tu identidad y perder tu máscara.
“El primer personaje fue un enmascarado. El personaje te permite un alias, te permite enmascarar algo. Generar una imagen hacia afuera de algo que no eres originalmente”, continúa Amorales. “Como tema, como manera de circular en el mundo ha sido muy importante. Y no es que haya muchas máscaras, hay una”.
Lo que aprendió de los holandeses
El mexicano, que en ese momento residía en Holanda –vivió 14 años en dicho país de 1990 a 2004, estudiando en la Gerrit Rietveld Academie (1996–97) y la Rijksakademie van Beeldende Kunsten (1992-95)–, llevó su performance a museos internacionales como el Centre Pompidou en París, el Tate Modern en Londres y el MOMASF. De los holandeses, Amorales aprendió “¡a ser más ordenado! (Risas.) Y tienen una cosa muy fuerte con la modestia. Me ayudó mucho estar ahí para organizarme mentalmente”.
“Llevo mucho tiempo haciendo esto y se volvió una especie de tren. Nunca trabajo en un sólo proyecto a la vez. Tengo proyectos más de investigación, otros más experimentales”. –Carlos Amorales
El crear al luchador Amorales y pasar su arte a través del tamiz del lenguaje literal y metafórico de la lucha libre, le permitió explorar el tema de la relación entre la identidad pública y el ser privado. Algo que hasta la fecha, y nos quedó muy claro en la entrevista, Amorales tiene muy claro. Al aplicarle el famoso –y muy personal– Cuestionario Proust, la respuesta de Amorales fue: “¿A poco alguien te ha contestado esto?”
El diario Reforma proclamaba en enero: “Se quita Amorales al fin ‘su máscara’”. Sin embargo, tenemos nuestras dudas. Después de sentarnos en el café del MUAC a hacer la entrevista con este enigmático artista, lo único que nos quedó 100% claro es que le gustan los hot cakes. Tal vez, mantener ese misterio y esa máscara, sea parte de lo que hace el trabajo de Amorales tan intrigante.
Black Cloud: conferencia con Carlos Amorales
No te pierdas la conferencia en relación al proyecto homónimo y exposición Carlos Amorales. Axiomas para la acción que dará el artista en el Auditorio del MUAC.
Miércoles 12 de septiembre, 17 a 19 horas.
Participan:
Carlos Amorales. Artista
Sarah Rifki. Curadora
Entrada libre / Cupo limitado
Informes:
Tel.: (55) 5622-6918
campusexpandido@muac.unam.mx
Carlos Amorales. Axiomas para la acción
10 de febrero al 16 de septiembre de 2018
Museo Universitario Arte Contemporáneo, MUAC
Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México.
*Este artículo apareció originalmente en la edición de Junio 2018 de la Revista Central.
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